La misión salesiana

La evangelización de los más pobres, el objetivo que nos dejó Don Bosco

«Buscad las almas… Salvad muchas almas en las misiones»

Como continuadores de la misión de Don Bosco, nuestro objetivo principal es hacerle saber a cada joven, sobre todo a los más pobres y abandonados, que Dios los ama y que puede transformar su vida. El estilo salesiano se caracteriza por la amabilidad, la disponibilidad, la alegría, la creatividad, la audacia y el trabajo sin límites. Por eso, elegimos trabajar junto con otros, entrando en diálogo con las diferentes culturas y contextos en los que nos encontramos presentes. Valorando la riqueza propia de cada pueblo y aportando una mirada de fe a los procesos que ya están en marcha. 

La pedagogía y la comunicación son dos de las herramientas de las cuales nos valemos para transmitir el mensaje del Evangelio, siempre actual y renovado, con la confianza de que es María quien completa y enriquece nuestra tarea.

Con los pueblos originarios

La misión compartida nos llama a conocer, comprometernos y enriquecernos con diferentes historias y culturas. El mismo Don Bosco soñó con llegar a las tierras patagónicas y compartir la Buena Nueva del Evangelio de Jesús. Desde una Iglesia misionera en salida estamos llamados a realizar una conversión pastoral con la espiritualidad de la escucha y el anuncio. 

Por este motivo, el trabajo junto con los pueblos originarios es un pilar fundamental en la Familia Salesiana. El aniversario de la llegada de los primeros misioneros salesianos nos invita a mirar el pasado desde una mirada crítica y constructiva, y nos convoca a visibilizar y salir al encuentro de realidades excluidas y vulnerables. 

Las necesidades, los desafíos y las características propias de cada región, cultura y persona nos unen y nos hacen crecer más fuertes.